
La Pascua nos invita a tener una mirada creyente,...
Estamos viviendo este hermoso tiempo Pascual, que celebra al Señor resucitado, al que ha vencido la muerte y el mal y que nos ha regalado nueva vida, abriéndonos las puertas de la vida eterna.En medio de esta alegría Pascual, nos atraviesa desde hace más de un año una pandemia, que se ha llevado trabajos, ha cerrado centros de diversión y lo más doloroso se ha llevado a tantos chilenos, y hermanos de tantos países, amigos, conocidos.
Muchas veces el miedo se ha tomado el protagonismo, pero la Liturgia con porfía profética, continúa proclamando “he vencido la muerte” y retumba en el corazón la Palabra que proclama, “Si Dios está con nosotros, quien podrá estar contra nosotros”.
El Señor ha resucitado y hemos proclamado de manera solemne que Él es el Principio y el Fin. Señor de la historia y del tiempo. No son palabras vacías, o fórmulas poéticas que se las lleva el viento, son la certeza de una multitud de creyentes, que, desde la mañana de la Resurrección junto a la Magdalena, a Pedro, Juan y los de Emaús exclamamos: ¡ha resucitado el Señor, verdaderamente ha resucitado! Esta certeza en este tiempo de pandemia, nos inflama el corazón y nos lleva a preguntarnos con absoluta y total serenidad a pesar del dolor, ¿qué es lo que quiere el Señor de nosotros, que nos quiere enseñar, que nos pide, que nos dice, que tenemos que aprender?, ¿qué nos está pidiendo con lo que sucede en nuestro país?.
La Pascua nos invita a tener una mirada creyente, en este tiempo que nos toca vivir, y como los cristianos de otros tiempos, tenemos que responder hoy. Es claro que el primer llamado del Señor es a la conversión, salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los muchos que nos están esperando.
Hoy más que nunca el mandamiento del amor se hace urgencia en la vida de cada uno de nosotros. “No amar de lengua y palabra sino con obras de verdad” (1 Juan). Esa es la manera de vivir en este tiempo de pandemia, es permanecer en el Señor, tener domicilio en Jesucristo. Vivir en Él.
Este tiempo Pascual, es tiempo de encontrarse con el Señor, que siempre nos acompaña en los momentos difíciles como lo hizo con los amigos de Emaús. Muchos que leerán estas líneas tendrán que volver a Jerusalén, para que el Señor les salude con la Paz, porque en los tiempos de dificultad, es la comunidad la que sostiene y donde el Señor se manifiesta en plenitud. Sólo teniendo domicilio en Jesucristo, tendremos vida y venceremos la pandemia.
Pbro. Héctor Gallardo Villalobos
Párroco Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Ñuñoa